Esta madrugada, justo antes de despertar, tuve un sueño: el Niño Dios, envuelto en un pañalito de tela blanca y suspendido en el aire, le entregaba algo a Papá Noel. El viejo cacheticolorado y peli blanco abría una bolsa y, al darse cuenta que era un regalo para él, no podía contener las lágrimas.
—¿Para mí? —le preguntaba al Niño Dios conmovido y gozoso. —Pero si a mí nunca me han dado un regalo —volvió a decir.
Entonces me desperté.
Texto: Todaslasquehesido.com
Ilustración: vía d-u-r-e.tumblr.com